Resumen:
Este documento proporciona un informe analítico del impacto de las reformas estructurales de
segunda generación en la industria boliviana de electricidad. En particular se evalúa su impacto
inicial sobre la evolución de la inversión sectorial y sus determinantes. Desde 1985, Bolivia dio
inicio a un proceso de liberalización de su economía mediante las llamadas reformas de primera
generación. Las reformas de segunda generación, que afectaron al sector eléctrico en forma
directa, se iniciaron en 1994-1995.
Con la Ley de Capitalización, la Ley del Sistema de Regulación Sectorial y en particular
la Ley de Electricidad, el sector eléctrico experimentó transformaciones estructurales de mucha
importancia. La Empresa Nacional de Electricidad, perteneciente al Estado, se retiró de la
administración y responsabilidad del desarrollo del Sistema Interconectado Nacional. La
separación vertical y horizontal de sus actividades permitió la entrada y coexistencia de varias
empresas privadas en generación, una empresa privada en transmisión y varias empresas
privadas y cooperativas en distribución. Esta nueva estructura permitió el desarrollo de un
mercado mayorista de electricidad administrado por el Comité Nacional de Despacho de Cargas
y un mercado minorista sujeto a regulación. La Superintendencia de Electricidad fue creada para
administrar la Ley de Electricidad y asegurar la eficiente operación del sistema.
Entre los principales resultados, se observa que la inversión en 1997 fue de US$ 115
millones, con una tasa de crecimiento de 117% y lográndose por primera vez en la historia de la
industria un monto mayor a los US$ 100 millones en un solo año. Asimismo, la inversión
programada para 1998 indica que ésta habría alcanzado US$ 132 millones. La inversión en años
posteriores estará influenciada por la evolución del mercado doméstico, la rentabilidad lograda
en condiciones de competencia y/o regulación y las posibilidades de exportación al Brasil.