Resumen:
Existe un aparente consenso, a nivel de políticas públicas, respecto al efecto empoderante que tiene
para las mujeres el trabajo fuera del hogar, por lo que se supone que tendería a reducir los niveles
de violencia en su contra. No obstante, la evidencia empírica sobre la relación trabajo femeninoviolencia es inconsistente. Frente a dicha inconsistencia, la presente investigación examina cuál fue
el efecto del trabajo productivo de las mujeres casadas o convivientes en Bolivia sobre su probabilidad de ser víctimas de violencia de pareja durante el año 2016, utilizando los datos de la Encuesta
de Prevalencia y Características de la Violencia Contra las Mujeres. Mediante un modelo de probit
bivariado, fue posible llegar a la conclusión de que el trabajo no tiene un efecto significativo sobre
la propensión de una mujer a sufrir violencia de pareja, una vez corregido el sesgo de endogeneidad.
En cambio, otras variables sí se relacionan de manera significativa con el fenómeno, tales como la
experiencia de violencia en el hogar de origen (tanto de la víctima como de su pareja), que la incrementan considerablemente y, por otra parte, el nivel educativo y edad de la mujer al momento de la
unión, que la reducen.